Historia de Terror III
¿Nunca has notado que tu primo pequeño o tu perro se quedan observando fijamente algún punto sin ser especial o sin que sea muy llamativo?
Una ves escuche una historia que explicaba el porque de esto, mi tío es arquitecto y no se si es un dicho universal o que solo se escucha aquí en México pero dicen que si no hay aunque sea un fallecido durante la obra la construcción tiene la posibilidad de que no quede de la mejor manera, incluso hay otra pequeña historia que habla sobre un puente de fueras de una ciudad, se cuenta que este estaba en construcción y estaba a punto de ser finalizado, gracias a Dios no hubo ni un solo accidente pero los albañiles eran supersticiosos, entonces una noche después de que terminara la jornada se pusieron a beber y muy borrachos pactaron que el primero que cayese dormido seria lanzado a la ultima sección del puente que faltaba por terminar y por lo tanto moriría, pasaron las horas y ninguno cayo dormido fue entonces cuando uno de ellos por temor a morir probablemente tuvo una sádica idea, se le ocurrió que al próximo caminante u automovilista que pasara lo detendrían y correría este fatal destino, a los otros hombres les pareció excelente ya que ninguno quería morir, y así pasaron otro par de horas y paso un sujeto caminando, todo sucedió de acuerdo al plan que habían realizado y golpearon al hombre con una barreta, creyeron que ya estaba muerto y lo lanzaron al pozo, procedieron a poner cemento pero no llenarlo completamente ya que el capataz sospecharía algo en la mañana, lo cubrieron con un cartón y se retiraron.
Al llegar a la mañana siguiente a la obra los albañiles se acercaron a donde se habían deshecho de los restos, este seguía ahí pero con una pequeña diferencia, había una pequeña inscripción en la pared que decía 38, esto asusto mucho a los trabajadores ya que eran exactamente la cantidad de hombres que habían cometido el delito, procedieron a rellenar lo que faltaba con concreto y cada uno se dirigió a su siguiente trabajo.
El tiempo paso y no sucedió absolutamente nada hasta que un día le llego la triste información a el hombre que cuenta la historia de que uno de sus amigos había muerto, había muerto en una construcción, mientras salia de esta le cayo un ladrillo que prácticamente desfiguro su cabeza entera, la esposa no pudo identificarlo y se corroboro su identidad por otras marcas en su cuerpo, lo único que no concordaba con sus marcas era que tenia un tatuaje con el numero 36 en su nuca, el hombre estando en el velorio reconoció a otro de sus ex-compañeros del puente, le pregunto si sabia lo que era el tatuaje en su nuca a lo que le contesto que si, desgraciadamente en el paso de un par de años había asistido a 36 funerales de amigos y compañeros que habían muerto en horribles accidentes parecidos al del desafortunado de hoy, las ultimas palabras que compartió con este hombre antes de retirarse fueron:"Tiene que quedar bien la obra" pasaron un par de años y ambos hombres murieron, curiosamente el ultimo, el que cuenta la historia no murió en una obra si no que murió sentado a un lado del puente de fuera de la ciudad con una botella de alcohol en la boca y mirando fijamente la zona donde escondieron a ese desdichado caminante.
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